Cinco cuestiones de «Así funciona la justicia» de @natalia_velilla
Tal como anticipé por Twitter, voy a intentar a hacer una pequeña reseña de la obra “Así funciona la Justicia” de la magistrada Natalia Velilla.
¿Qué me llevó a empezar a leer este libro?
Es difícil detallar la motivación que me llevó a adquirir el libro, pero lo conduciré a lo más simple: sigo a Natalia Velilla en Twitter y soy muy fan de sus mensajes en la red social del pajarito, sobretodo, de sus hilos. Al ver la publicación de esta obra en la que hablaba de su yo más personal, me llamó la atención, en especial, los motivos por los que una persona llega a ser juez por convicción y, además, la crudeza de las oposiciones judiciales.
¿Qué expectativas genera el libro?
Sin lugar a dudas, el subtítulo de “Verdades y mentiras en la justicia española” crea la sensación de que nos van a desgranar el Poder Judicial. Y, en cierto modo, lo consigue.
Desde cómo acceder a la carrera judicial, hasta la realidad de los Juzgados, el papel que desempeña el propio Juez dentro del Juzgado, las inquietudes que tienen, completando el mismo con las preocupaciones y denuncias de los mismos: el cierto abandono del tercer poder del Estado, la falta de medios destinados al Poder Judicial, las injerencias de los otros Poderes del Estado en asuntos de calado con una leve mención al juicio popular, por citar algunos.
¿Qué me ha gustado de la obra?
Sin lugar a dudas, la facilidad de lectura es un punto que llama mucho la atención, puesto que es una obra muy ligera en su lectura. La estructura del libro y la simplicidad en la redacción nos conduce a una integración entre el lector y el texto, es decir, consigue inmiscuirnos en la lectura y entender, fácilmente, determinados conceptos que los operadores jurídicos recordamos de la propia carrera.
También me gustaría resaltar la evolución de la autora cuando explica las inquietudes y motivaciones que le conducen a tomar su importante decisión de opositar a la judicatura.
En ocasiones es fácil dejar a un lado luchar por nuestros objetivos cuando encontramos muchos impedimentos, pero en la obra también observamos esa decisión valiente tomada, en la que sin duda, es una de mis partes favoritas de la obra: ver como un ser humano debe tomar una decisión, sacrificando una parte de su vida, los apoyos que recibe y cómo sale victorioso es un ideal que podría seguirse, pero no únicamente los éxitos, los cuales son buenos para compartir y motivar, sino también de algunas derrotas, que son aquellas de las que realmente aprendemos.
Otro de los puntos que más me ha gustado es, sin duda y como operador jurídico, las experiencias y vivencias del día a día en los Juzgados, así como compartir esas inquietudes o preocupaciones del ámbito judicial frente a otro tipo de presiones.
¿Qué no me ha gustado de la obra?
Cuando hay una obra que te gusta es difícil encontrar algo que no te haya gustado, pero sin lugar a dudas, tendría que decir que me falta algo más en la obra, un poco más de experiencias y vivencias judiciales, motivadas tal vez, por mi defecto profesional o cercanía profesional. Evidentemente, un Juez debe aplicar la ley, pero en ocasiones también debe ser valiente cuando adopta una decisión fundada que puede ser contraria a determinadas resoluciones judiciales de instancias superiores.
He extrañado, por ejemplo, esa convicción del Juez que le conduce a plantear una cuestión prejudicial al TJUE o esa independencia del Juez sin que haya vinculación de otras instancias superiores. Como abogado y operador jurídico, debe resultar una de nuestras funciones popularizar y hacer comprender al ciudadano las diferentes instancias judiciales y hacer entender que no todos los asuntos pueden llegar hasta el Tribunal Supremo o el Tribunal Europeo de Derechos Humanos o el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Así que, lejos de no gustarme, he extrañado esos puntos, pero, repito, su ausencia no entorpece ni empequeñece el resto del contenido de la obra.
¿Qué conclusiones podemos obtener con la lectura?
Si tuviera que resumir la obra en una sola frase, ésta seria: “La humanización de un magistrado de un Juzgado español”.
Sin lugar a dudas esta obra seria recomendable para toda la ciudadanía: por un lado, el ciudadano para tener un mero conocimiento del Poder Judicial para que pueda romper determinados clichés y acercarse al órgano judicial; por otro lado, para el abogado, como operador jurídico, para llegar a comprender al propio Juez en la toma de algunas decisiones, pudiendo ser empático con él; y, por último, para estudiantes de derecho que desean ese punto extra de motivación para iniciar la oposición a judicatura, haciéndoles ver que no existe impedimento para conseguir el objetivo de pasar la oposición salvo el propio temor individual.
No quisiera olvidar ni menospreciar, la contínua queja hacia la ausencia de inversión en justicia que se produce en España, queja que comparto como operador jurídico y que sufro en el día a día dicha ausencia de medios e inversión.
Consecuentemente, y con la venia de su señoría, recomiendo completamente esta obra de lectura sencilla y muy didáctica.








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