Cuaderno de Bitácora

Hacía tiempo que no había ido al cine y tenía pendiente hacer algún que otro comentario sobre la película The Flash, uno de mis superhérores, junto a Batman y Spiderman, preferidos.

Fui al cine muy escéptico porque el personaje que interpreta Ezra Miller me había decepcionado en desmedida en la película de La Liga de la Justicia (en las dos versiones) y, sinceramente, fui más como fanático del personaje que la motivación de ver la película.

No iba muy desencaminado, porque, al fin de cuentas, lo que vemos es una reproducción de un Flashpoint, es decir, una vuelta constante al pasado para modificarlo, lo que implica una creación de diferentes lineas temporales, que, si bien pueden entretener, al final, se hace hasta un poco cansado o, si no estás habituado o no lo sigues con atención, te puedes sentir hasta perdido.

Con independencia de ello y habiendo visto Flashpoint tanto en los cómics como en la serie de The Flash, en esta versión en algún momento se puede hacer confuso, pero sin duda, tiene muchos puntos cómicos dentro de la propia película, lo que también pudimos comprobar, de forma sesgada, en la Liga de la Justicia.

Dentro de la película vemos y tenemos a Batman, Batman y Batman. Si, para los fanáticos del murciélago, empezamos viendo al Batman de Ben Afflech. Confieso que no es mi Bruce Wayne favorito, pero sin duda mucho mejor que Val Kilmer o George Clooney, como tal.

Pero luego pasamos a disfrutar de ese Batman de los años 90, que no es otro que Michael Keaton. Menudos recuerdos de la infancia cuando lo vi con ese traje negro. A partir de aquí, la película empieza a rodar hasta el momento en el que vemos la destrucción de los mundos provocados por esos cambios continuos en el espacio tiempo, siendo testigos de personajes que fueron y están, personajes que alguna vez fueron y ya no están y personajes que pudieron haber sido, como el anunciado Superman de Nicolas Cage.

Pero es más, dentro de esa destrucción vemos, incluso, el cameo del Multiverso de la serie The Flash así como de algún que otro guiño a las series de Arrowverse.

En definitiva, nos encontramos con una película que le cuesta arrancar pero que, una vez que lo hace, se hace muy entretenida.