Cuando se van acercando las fiestas navideñas, además de las adornos que vamos utilizando en nuestros domicilios, nuestros despachos y que podemos observar en las calles, hay una actividad que siempre que se puede, es muy entretenida para hacer con niños.
Se trata de montar una actividad o salida en la que se pueda disfrutar de los llamados pesebres vivientes.
Debemos entender como pesebres vivientes aquellas recreaciones elaboradas por personas vivas, en las que, con experiencia en teatro o no, intentar rememorar la nacimiento de Jesus, es decir, lo que vendría a ser la Navidad.
Muchas de estas recreaciones ilustran la anunciación, la aparición de la estrella y el espíritu santo ante los pastores, los tres reyes magos siguiendo a la estrella y el nacimiento.
Esto seria el esquema habitual que cada comunidad o cada asociación intenta adaptar ya sea como si se tratase de un musical o de una simple recreación teatral, lo que sin duda, siempre resulta algo agradable de ver. Eso sí, siempre que se trate de eventos en el exterior y, mayormente en horario vespertino, siempre será recomendable utilizar cualquier tipo de abrigo.
Particularmente, disfruto de ver, con calma y tranquilidad, estas recreaciones, intentando asistir a diferentes, aunque soy consciente que todo ello resulta completamente imposible por cuestión de tiempo y preferencias.
En todo caso, si tienes la oportunidad de asistir a alguno, no te pierdas esa experiencia que puede repetirse anualmente y en diferentes lugares.
Este año, mi familia hemos visitado el pesebre vivent de Canyelles (comarca del Garraf), pesebre completamente teatralizado con algunas canciones navideñas remarcables.









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