Cuaderno de Bitácora

Podría hablar mucho de mis sensaciones y mis experiencias en esta fecha tan familiar e incluso podría hablar del propio significado de la familia, pero el tema podría resultar algo complicado.

Sin embargo, tras haber resultado ser anfitrión en el día de hoy y tras haber celebrado el segundo aniversario de mi primogénito, creo que es el momento de desarrollar algun punto y, este año, me inclinaré por la familia.

¿Qué es, para mi, la familia?

En los mundos que corren, ya no acudimos a los diccionarios ni buscamos en Google, sino que nos dirigimos a la propia inteligencia artificial para que nos pueda dar algún consejo o alguna definición.

Si pregunto a la conocida ChatGPT, su respuesta o definición al término de familia consiste en «una unidad fundamental de la sociedad que consiste en un grupo de personas relacionadas por lazos de parentesco, ya sea por consanguinidad (como padres, hijos, hermanos) o por afinidad (como cónyuges). Además de los lazos biológicos y legales, la familia también implica una red de apoyo emocional, económico y social entre sus miembros. La familia puede tomar diversas formas y estructuras según las culturas, tradiciones y circunstancias individuales, pero su función principal suele ser la de proporcionar cuidado, protección, educación y afecto a sus integrantes.»

Sinceramente, me encuentro muy sorprendido por esta definición puesto que profundiza en todos y cada uno de los valores que, para mi, constituyen la propia familia. Por un lado, y quitando los lazos de parentesco, para mi, una familia supone un gran apoyo, con independencia, repito del lazo al que nos pueda unir con esa persona.

Me he encontrado casos, en los que determinadas personas no consideran como parte de su familia a padres o hermanos, sino a determinados amigos quienes han dado ese apoyo, pues ese apartado, lo considero mucho más importante que no el propio parentesco.

Tengo la teoría que si bien no elegimos a los padres, hermanos o hijos, si que podemos elegir a las personas que forman parte de nuestro entorno familiar, porque, si dichas personas no construyen ese lazo de apoyo, o, incluso, se limitan a destruirlo, será completamente lógico que los miembros integrantes de esa familia, se cohesionen para protegerse.

En ocasiones imagino, el vínculo de la familia de antaño, en otra época, en la que la familia era entendida como ese vínculo protector en la que se centraban todas y cada una de las personas. Quiero creer que, como animales sociales que es el ser humano, la protección debe resultar primordial, en especial a los miembros de la familia más desfavorecidos, como podrían ser los hijos, pese a que, lamentablemente, en ocasiones sea testigo de, no sólo malas protecciones, sino de abandonos completos a dichos hijos.

Como indico, cada familia es un mundo, pero, mayormente, cada persona tiene su propia visión y lo único que podemos hacer es respetarla aunque no la compartamos, pero con la limitación de que determinadas personas puedan ver reducir sus expectativas de vida, lo que, sin duda, deberemos defender nuestra obligación de ayudar y socorro a dichas personas.

Pero eso, lo discutiremos en otro momento, hasta que eso llegue, feliz navidad.