Definitivamente, ya podemos decir que, oficialmente, ya se han finalizado estas fiestas navideñas en las que muchos hemos tenido algún que otro exceso de forma consciente o inconscientemente, o quizá no.

Cada uno será completamente libre de acabar de valorar sus propias excentricidades durante el citado periodo y, también, todos y cada uno de los objetivos que ha decidido ponerse para este año que ha empezado y que, en pocos días, cogerá velocidad de crucero.

Hoy, para muchos, será el primer día laborable: vuelta al trabajo (quienes tengan la fortuna de tener uno), vuelta a los centros escolares y según qué universidades, inicio del periodo de exámenes. Todo eso se traduce con una vuelta a la normalidad.

Tras varios días de fiesta (algunos más de tres semanas) y de varias experiencias tenidas, la vuelta a la normalidad se torna más deseable, si cabe, por aquello de que nos gusta tener determinadas rutinas y hábitos, y también porque para algunos padres, el hecho de que sus hijos vayan al centro escolar es una forma de liberación para evitar que estén todos los días en casa con videoconsolas y televisiones.

Evidentemente, dejar a los niños al frente de la televisión o de una videoconsola es una manera muy fácil de entretenerlos o que pasen su tiempo de ocio, aunque, en mi caso, no lo acabo de compartir. Digamos que esa época de ocio, en mi caso, ya la pasé hace mucho tiempo.

Ahora, me entretiene más sentarme a leer, en especial, cuando no estoy jugando con los hijos, porque hay que ser claro, a nuestros hijos debemos dedicarles tiempo, tiempo para estar con ellos, compartir y jugar con ellos, dejar todo eso para mañana o procrastinar todo eso… cuando nos queramos dar cuenta ya habrá pasado y ya será muy difícil recuperar dicho tiempo.

Por eso, en lo concerniente a la familia, es y debe ser, uno de los pilares en lo que nos centremos y, esa vuelta a la normalidad debe servir como vitamina para intentar recuperar todo aquello que hemos gastado y consumido durante el periodo navideño que hemos estado con ellos.

Cuando era pequeño siempre me acordaba de esa vuelta, en algunas ocasiones fue el mismo día 7 de enero, el día después de recibir los regalos, y en alguna otra ocasión fuimos afortunados y se produjo o el 8 o el 9, lo que propiciaba algún día más para jugar.

Pero lo que sí que resulta vital, es esa vuelta, que, en mi caso, la voy a disfrutar y mucho, en especial, una vez que he fijado mis objetivos para el mes de enero y he revisado y programado varias actividades para este mes, todo para empezar el año con mucha fuerza.

¿Y tu? ¿Tienes ganas de volver a la rutina diaria?

Photo by Andrew Neel on Pexels.com

Deja un comentario

Soy Xavi

Padre de Familia, Abogado, Mediador. En ocasiones, escribo, doy charlas, hago fotos y viajo. Este es mi blog completamente personal, con comentarios personales.