Cuaderno de Bitácora

En el día de hoy finalizo un seminario formativo de Rotary Internacional organizado por mi distrito el 2202 y que ha tenido lugar en Vila-Seca.

Este año 2024, en el próximo mes de julio, haré nada más y nada menos que 7 años en esta organización y hará unos 20 años en los que tuve por vez primera mi contacto con ellos.

He leído mucho sobre ellos y se ha escrito una tremendas barbaridades sobre el sistema que siguen, sobre su filosofía y sobre sus métodos, nada más lejos de la realidad.

Rotary es una organización supranacional dedicada a mejorar la vida de las ciudadanos a través de sus 7 áreas de interés:

• Fomento de la paz
• Prevención y tratamiento de enfermedades
• Suministro de agua potable
• Salud materno-infantil
• Promoción de la educación
• Desarrollo de las economías locales
• Protección del medioambiente

Eso quiere decir, que todas y cada una de las acciones van enfocadas y están encuadradas dentro de las citadas áreas de interés.

El programa estrella de Rotary es la lucha constante contra la poliomelitis, llegando a alcanzar con la Fundación Bill&Melinda Gates, de forma que cada euro contribuido al citado programa, se convierte en 3 Euros y con ello se dedica a comprar, de forma directa vacunas.

Ello lo permite gracias a una reducida parte administrativa y a que prácticamente todas las personas que forman parte son completamente voluntarios. Estos voluntarios se agrupan en determinados grupos o clubes locales, quienes se encargan, además de colaborar con otros clubes a nivel internacional o supralocal, se centran en realizar acciones en índole local.

Alguna vez he oido que los miembros del Club es un grupo de gente con dinero que se reúnen para cenar en restaurantes caros. Pues bien, en mis 7 años de pertenencia a la organización, lejos de ser una pequeña secta, me he encontrado con clubes y personas abiertas y, muchas de ellas, motivadas y con ganas de hacer algo para su propia comunidad. En cuanto a las cenas… lejos de ese pensamiento de que se reúnen para cenar, en realidad, muchos clubes (no todos) deciden fijar ese espacio para intentar bloquear más horas en la propia agenda, además de que los números sean claros. Sin embargo, debo abocar por un punto positivo de las cenas, y no es otro que el fomento de la propia amistad, condición necesaria para que un club acepte a una sus candidatos.