Cuaderno de Bitácora

Hace unas semanas atrás leí un articulo sobre romper una relación por WhatsApp, que conseguí enlazar con otros artículos anteriores sobre ese rompimiento y cómo el WhatsApp puede afectar a las relaciones de pareja. (os dejo los enlaces por si puede ser de interés).

No es, ni será, mi intención de cuestionar cómo cada pareja desea finalizar su relación, así como tampoco cómo la inició, por cuanto que cada pareja y cada relación es y resultará distinto.

Así, puedo defender que una persona decida finalizar una relación por WhatsApp si, por razones de distancia, confrontación o imposibilidad manifiesta, le resulta imposible realizarlo en persona.

Para mi, el principal problema de WhatsApp, y no solamente esta forma de comunicación, es que puede resultar interpretable y, como tal, puede llegar a la persona que lee un mensaje a resultados contradictorios u opuestos a los deseados inicialmente.

¿No os ha pasado en alguna ocasión, que habéis leído un mensaje, os habéis enfadado y, al cabo de un rato o de unos días o semanas, volvéis a leer el mismo mensaje y ahora lo interpretas y veis de otro modo?

A mi si, me ha pasado mucho, por eso intento ser los más claro posible tanto para ellos como para mi, evitando aquello de que tu me dijiste, yo te dije…

Pero, ¿que sucedería si rompiésemos una relación por WhatsApp?

Dando respuesta y, en mi opinión, puede pasar cualquier tipo de cosa porque, como he indicado, cada relación es completamente distinta y, además de no poderse comprar, lo que probablemente hubiere funcionado con una pareja, no servirá a la otra. Aún me acuerdo de esa relación que inicié y duró bien poco, en la que todo lo que yo había realizado con la pareja anterior, en la nueva no le gustaba absolutamente nada, por lo que me veí inserto en un proceso de autoaprendizaje.

Pero la finalización, ya es otra cosa muy distinta porque supone un final y a la gran mayoría de personas, hablar de final no es agradable, por la sencilla razón que nos evoca y nos recuerda a lo que sería el fallecimiento de aquello que se había propuesto un final.

Además, el principal problema es que en ocasiones mandamos un mensaje, éste es leído al cabo del rato y, si el que quiere dejar la relación se ha tomado un tiempo en tomar la decisión, mientras que, en otras ocasiones no somos realmente conscientes de la situación de esa persona. Así, no me parece correcto el hecho de que una persona con la que se han convivido o compartido muchas de nuestras experiencias, sin tener encuentra cómo esta o qué hace esa persona, enviar un mensaje de WhatsApp conforme se ha finalizado la relación.

Para mi, el momento ideal para romper esa relación debe ser mágico porque puede suponer una liberación de uno de los cónyuge, por lo que, para mi, lo mejor sería orar seriamente a la otra persona a los ojos y explicárselo muy bien y con palabras entendibles.

Si decidimos mandar un triste mensaje con la finalización de la relación, provocaremos un sentimiento gratuito de culpabilidad y, también, en sus propios hijos..