Hoy es el día de San Valentín y es, presuntamente, el día en el que los enamorados se intercambian obsequios entre ellos como prueba fehaciente de ese amor que se mantienen.
El día de hoy tiene su origen en la antigua Roma con la celebración de Lupercalia, que era un festival pagano de fertilidad celebrado del 13 al 15 de febrero. Historias de San Valentín pueden existir muchas y también cómo la celebración de Lupercalia evolucionó y se convirtió en esta festividad dedicada al amor, popularizándose no en la actualidad con las campañas publicitarias de chocolates y tarjetas de festividad, sino durante la Edad Media en la que iba asociado al que se conoce como amor romántico, fijándose esta fecha como elemento nuclear.
Si hacemos un amplio recorrido por la historia de la humanidad, el concepto de amor y el hecho de amar ha tenido una gran evolución, hasta el punto de que puede ser genérico o incluso ante cualquier tipo de persona, sin necesidad de que sea al sexo opuesto.
En mi opinión, lo primero que me lleva es que, las parejas no necesitan o no deberían necesitar de un día para celebrar y conmemorar su amor por la otra persona. Por ejemplo, hoy ha sido un día típico en el que muchas personas llevaban una caja de bombones o un ramo de flores para esa persona que aman.
Quizá no se regalaría una caja de bombones cada día o cada semana o cada mes o, incluso, un ramo de flores, pero no se debería esperar a este día para demostrar a nuestra persona que la amamos y la queremos, sino que eso debería mostrarse todos y cada uno de los días.
Recientemente hablando con varios profesionales, me relataron las vivencias dentro del seno de su propia pareja y del sentimiento de vacío que provoca cuando la otra persona ya no muestra ningún tipo de síntoma de amor hacia ella, excepto este día.
Pues, si hoy celebramos y conmemoramos el día de los enamorados, ¿cómo vamos a celebrar y conmemorar dicho día si no mostramos nuestro amor por la otra persona a lo largo del resto del año? Esto sería como decirle a los niños que se porten bien, exclusivamente, la noche de reyes o el día que viene Santa Claus, dejando que el resto de días no lo sean. Me parece un completo despropósito, así que, con permiso de Valentin, el amor debería ser celebrado todos y cada uno de los días en los que pasamos con nuestro amado y no, exclusivamente, uno solo.









Deja un comentario