Cuaderno de Bitácora

En el día de ayer estaba sentado en una terraza tomando un café cuando vi pasar una pareja cogida de la mano: una chica joven y una persona que, probablemente, le doblaba la edad.

En la mesa contigua a la que yo me encontraba, un par de personas empezaron a cuchichear por la misma imagen que yo había visto, haciéndolo de forma tan alta que, incluso estando yo leyendo la prensa, mi atención se centró en la conversación de ambas personas.

Me llamó la atención que tuvieron comentarios para ambos. Mientras que por parte del hombre llegaron a afirmar que estaba dando «sus últimos coletazos» y que era el típico hombre que habría dejado a su esposa y madre de sus hijos para juntarse con una chica más joven, a título de ejemplo. Por su parte, para la pobre muchacha, los comentarios no fueron más afortunados, porque todo se centró en el mero interés económico de la relación, como si toda persona mayor tuviese en su cuenta bancaria una gran cantidad de dinero.

Quitando los verdaderos motivos de la citada relación, los cuales desconozco y prefiero que así sea, me ha llamado la atención de los motivos por los que una pareja, con tanta diferencia de edad, podría mantener su relación, pudiendo ser, por ejemplo, la compatibilidad entre ambas personalidades, la enseñanza mutua, el disponer de intereses u objetivos comunes o, incluso, la atracción por la madurez de la persona. Estos ejemplos podríamos encontrarlos en cualquier tipo de relación, o, al menos, deberían ser los mínimos puntos que deberían existir para que una relación pueda resultar duradera, debiendo ser, completamente sinceros el uno con el otro.

Si los anteriores podrían llegar a ser calificados como motivos positivos de una relación, también pueden existir motivos negativos de la misma, encontrándolos en cualquier tipo de relación, no únicamente en el ejemplo descrito. Así, estos motivos negativos podrían ser (además de la comentada seguridad financiera) la búsqueda de una figura paternal o maternal, la búsqueda de una atención o, incluso una manipulación. Me detendré en estos puntos negativos:

• La búsqueda de una figura paternal o maternal. Pienso que este motivo es claramente negativo y no únicamente la podemos encontrar en relaciones con una diferencia de edad, sino que también lo podemos encontrar en cualquier persona, motivado por una falta de madurez de la persona buscadora, centrada en intentar sustituir a su padre o a su madre por lo que sería su pareja. ¿Alguna vez habéis escuchado aquello de yo no soy tu padre? Pues eso.
• La búsqueda de una atención. Algunas relaciones pueden resultar completamente forzadas por determinadas personas puesto que buscan llamar la atención, buscando ese conflicto con determinados familiares que no llegan o alcanzan a aprobar dicha relación.
• Manipulación o coacción. Este punto ya sería mucho más conflictivo por cuanto puede llegar a una situación de ilícito penal, lo cual sería recomendable, llegado el caso iniciar la correspondiente denuncia.

Seamos claros y con independencia de las edades entre las personas, ,muchas veces nos encontraremos con que muchas personas externas a nosotros o, incluso, cercanas, puedan llegar a cuestionar la relación. La importancia a dicho cuestionamiento es una cuestión completamente subjetiva, pero entiendo que no nos debería afectar, hasta el punto que no deberíamos darle la importancia que podría llegar a tener, pero sin lugar a dudas, deberíamos escuchar dicho punto de vista, en particular, cuando quien nos lo da tiene una relación de confianza. En caso contrario, como el ejemplo indicado de las personas verduleras de la mesa de la terraza, el caso que deberíamos hacerle es el mismo a que si soplara una pequeña brisa en una noche calurosa de verano, reconfortante y a seguir adelante.