Estamos a vísperas de la festividad de San Juan, una de esas fiestas que aglutina tanto adeptos como retractores. Sin embargo, aquí, en Catalunya, tenemos para el día de hoy una tradición que tiene sus raíces en la veneración de la montaña del Canigó, que se encuentra situada en el Pirineo Oriental, concretamente en la región del Rosselló, que geográficamente se encuentra, en la actualidad, en Francia.
Según cuenta la tradición iniciada en el 1955, en la víspera de Sant Joan se enciende una hoguera en la cima del Canigó con una llama que nunca ase apaga y se guarda durante todo el año en Perpignan. Esta llama simboliza la vitalidad y la resistencia de la cultura catalana.
Desde la montaña del Canigó, dicha llama se transporta por voluntarios y se distribuye por diversas localidades de Catalunya, en donde se encienden hogueras locales para celebrar la noche de Sant Joan, lo que simboliza la llegada del solsticio de verano, representando una celebración de la luz y del fuego.
En cada municipio, la llegada de la «flama» es un evento festivo que suele incluir música, danzas tradicionales y algunos discursos y las hogueras que se encienden con la flama son el punto central de las festividades.
La flama del Canigó no sólo representa el solsticio de verano, sino también la continuidad de la cultura catalana, siendo un símbolo de unión y resistencia cultural, representando, conforme a la cultura, un reflejo del sentido de identidad y orgullo de los catalanes hacia las costumbres y la historia.
Sea como fuere, es una de nuestras tradiciones más queridas en esta fecha de Sant Joan que no únicamente consiste en tirar petardos y en comer la típica Coca de Sant Joan. Aunque en cada municipio se pueda vivir de una determinada manera, así por ejemplo, en la ciudad de Barcelona, la flama llega a la Plaza de Sant Jaume y a partir de ahí se distribuye a los diferentes barrios, en otros llega directamente a una zona y, a partir de ahí se suele repartir pudiendo los niños más pequeños llevarse su pequeño trocito de flama del Canigó a su domicilio.
Sea como fuere, como decimos por aquí, molt bona revetlla.








Deja un comentario