Cuaderno de Bitácora

Si has ido siguiendo mis redes, habrás podido comprobar cómo desde el pasado miércoles estoy ingresado como consecuencia de un tratamiento médico y derivado de una patología que prefiero no revelar, de momento, en esta página.

También es cierto que en los días previos a dicho ingreso he ido teniendo un ritmo casi imposible que me ha permitido poder atender a la totalidad de situaciones, tareas y llamadas que tenía pendientes. Por no decir que también había dejado un poco de lado las publicaciones tanto en la página web del despacho, publicaciones en redes e, incluso, esta misma página.

Efectivamente, este segundo post en dos días no es casualidad, sino es simplemente que durante estos días estoy teniendo mucho más tiempo, tiempo que estoy destinando no sólo a recuperar la salud, sino también a profundizar en mi, pues me lo estoy tomando como un pequeño retiro.

No me refiero a un retiro espiritual de desconexión tecnológica, el cual, probablemente pueda llegar tarde o temprano, sino a uno para centrarme en mi. Digamos que para empezar, he puesto determinadas tareas en orden y he reajustado la programación de muchas que afectaban a la vida profesional.

He aprovechado para leer, de hecho, intento reservar varias horas del día para ello, en particular cuando tengo que recargar los aparatos tecnológicos. Recientemente ya he publicado una pequeña reseña sobre un libro que me leí durante el primer día de ingreso.

Pero no me centro únicamente en la lectura, sino también me reservo unas horas al día para estudiar (tanto jurisprudencia, doctrina, como nuevas leyes y, los dos cursos que estoy realizando) y poner en orden determinadas publicaciones en mis perfiles sociales, generalmente LinkedIn que lo he tenido un poco abandonado, pero también Instagram, además de las habituales X y Threads, además de empezar a probar BlueSky.

Cierto es que a muchos les sorprendería, pero quienes disfrutamos con lo que hacemos, no tenemos momento para parar. Mi amiga Susana se sorprende cuando, pese a estar ingresado, no haya dejado ni siquiera de leer jurisprudencia o normativa recientemente publicada (como la Ley del Derecho de Defensa), así como tantas otras que estoy preparando. Mi respuesta siempre es la misma, debo aprovechar, pues eso va implícito dentro de mi propio ADN.

También guardo tiempo para la filosofía y la meditación, en especial, he empezado a escuchar determinados podcasts de desarrollo personal, quizá algún día me proponga hablar de todos ellos o quizá de alguno de ellos.

Además, el hecho de haberme traído las agendas del año 2025, me ha servido para empezar a programar y estructurar los que serán mis objetivos para el próximo año, tanto profesionales como personales. Hace un par de años empecé a programar acciones y a fijar objetivos y, ciertamente, me ha ido funcionando. ¿Os imagináis ser capitán de un barco que sale del puerto y no tener un punto de destino? Existen muchas reseñas de autoayuda y objetivos que siempre comentan la necesidad de fijar una serie de objetivos. En este sentido y en base a mis últimas vivencias, he tomado la iniciativa de probar unas nuevas experiencias y que, si observo que pueden ser positivas, sin lugar a dudas, podré empezar a compartir.

Mi última tarea pendiente, será en empezar con otro tipo de redes de video, como los Reels de Instagram o Tiktok, sin embargo, en la actualidad, en mi condición, no me parece lo más conforme y adecuado, así que tendremos que esperar.

Hasta aquí me despido por hoy agradeciendo la totalidad de los mensajes de ánimo que he ido recibiendo por las redes y en privado, prometiendo volver mejor y más entero.

Gracias 🙏