Reacciones humanas ante el apagón: ¿Cómo enfrentar la crisis eléctrica?

Prácticamente todos tenemos casi superada ya la frustración o angustia o estrés, llamémoslo como queramos que buena parte del sur de Europa sufrió el pasado lunes 28 de abril consistente en ese gran apagón.

Las causas que condujeron a ese apagón, mucho se ha llegado a hablar y decir, algunas informaciones posibles, otras falsas, pero lo que está claro es que de fake news han existido y después tenemos las teorías conspiranoicas, que, por qué no decirlo, también han sido difundidas. La existencia de las redes sociales únicamente contribuyen a darle un mayor impacto a todas y cada una de estas noticias.

Pues bien, pasaba aproximadamente una media hora de la hora del Ángelus de aquél lunes y, de golpe, todo sistema eléctrico se apagó, se fue la luz a toda la península ibérica, incluyendo Andorra y alguna región en Francia. Fue un gran apagón, para frustración de muchas personas que estaban trabajando o preparando la comida con sus vitro.

Sí, prácticamente casi todas las viviendas y cocinas modernas, lo suelen tener prácticamente todo eléctrico, lo que nos conduce a depender, exclusivamente, de la electricidad para prácticamente todo.

Y con el apagón, pudimos comprobar la reacción de determinadas personas ante esa situación.

Por un lado estaban esas personas que estaban completamente tranquilas, pues sabían o sentían que ese apagón sería una cosa temporal, no definitiva y que todo era cuestión de tiempo de que volviera. Que eso fue debido a un fallo en el sistema, que no es perfecto, que era probable pues sabían que había sido reportado y avisado con anterioridad y que, de forma resiliente, se adecuaban a esa situación, pues son conscientes que el sistema eléctrico es una comodidad más, pero que ello no es fundamental para poder vivir, porque existen otro tipo de alternativas y, para tal, se sienten completamente predispuestas y preparadas.

Un segundo extremo, serían las personas que ante esta situación empezarían a desesperarse para ir a buscar los elementos más necesarios y vitales. Son las primeras que inundan los centros comerciales y supermercados para adquirir víveres porque ignoran cuanto podría durar esa situación, pues puede ser cuestión de horas o pueden ser años. Cabe decir que muchos de las personas anteriores podrían enmarcarse en este colectivo si no obtuvieren la información debida. Este colectivo, que pueden aparentar tener la calma, son el colectivo que ya tienen un pequeño brote de ansiedad que hace comprar de forma compulsiva.

El tercer extremo o mi tercer colectivo, es el que más me gusta, pues engloba a todas aquellas personas que o bien se han lamentado por no haber hecho los deberes o bien, por mostrar ese estado de ansiedad que contagia a terceros, pues está patente el extremo de su dependencia hacia el sistema eléctrico. Me llamó la atención la desesperación de este colectivo. A mero ejemplo, siendo la tarde del citado lunes y ya sabiendo que había zonas que ya empezaban a recuperar la luz y que era simplemente cuestión de tiempo que ésta regresara, estaba comprando unas cuantas velas para, al menos, poder iluminar partes de la vivienda porque tenía claro que la luz tardaría en volver.

Pues bien, estando ahí comprando, me encontré con dos personas que me llamaron la atención. Una de ellas era de este último colectivo, pues estaba con un estado de ansiedad patente y alarmante. Cualquiera hubiera supuesto que ante la desinformación iría preguntando si alguien tenía información de la situación o, aquellas imágenes que se han difundido sobre corrillos de gente que escuchaban la radio o se mantenían juntas. Sin embargo, dicha persona empezó a hablar sobre el fin del mundo, que venían los jinetes del apocalipsis, en fin, todo en modo catastrofista. Pero, más me llamó la atención una segunda persona que se encontraba allí, pues llegó a afirmar que ese apagón había sido provocado por las compañías eléctricas para luchar contra aquellos ciudadanos que empezaban a desconectarse de la línea eléctrica por la instalación de las placas solares.

En fin, una serie de cuestiones sin sentido, así como tantas otras que se han podido difundir por las redes, como la del apagón había sido provocado por los seguidores madridistas más radicales en respuesta a que su equipo había perdido la final de la Copa de S.M. el Rey y evitar así que nadie pudiera reírse de ellos.

Lo cierto es que, con luz o sin luz, muchos de nosotros vivimos buena parte de un día, dentro del mundo analógico, hablando en persona, sin necesidad de redes ni interacciones virtuales, retomamos contacto con nuestras personas más cercanas, en particular los vecinos, y muchos disfrutamos de una magnifica tarde soleada en la calle. Algo así como con la pandemia de la COVID-19, pero pudiendo salir a la calle sin ningún tipo de restricción, salvo la inexistencia de electricidad.

¿Y tu? ¿Cómo pasaste o crees que pasarías si te quitaran la electricidad durante un periodo de tiempo?

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Soy Xavi

Padre de Familia, Abogado, Mediador. En ocasiones, escribo, doy charlas, hago fotos y viajo. Este es mi blog completamente personal, con comentarios personales.