Cuaderno de Bitácora

En época de Carnaval, para mi, a título personal, siempre se suele empezar con el llamado «Dijous Gras», lo que se traduciría como Jueves graso. El menú de ese día se centra, principalmente, en comer una ensalada de mató (típica de la zona en la que nací), tortilla de patatas (o de cualquier clase) y de postre, el merengue.

Hay municipios en la que el Carnaval se vive de forma intensa y eso es lo que yo he vivido desde muy pequeño, pero ese Carnaval es completamente distinto al que podemos llegar a esperar, porque siempre nos centramos en la presencia y el espectáculo, como sucede con el Carnaval de Rio o de Sitges.

El que yo he visto de pequeño, el de Vilanova i la Geltrú, es muy diferente y, para mi, siempre será el mejor Carnaval, y mira que he disfrutado de muchos otros. La explicación, sin resultar a llegar a ser forofo ni fanático, se centra en que este tipo de Carnaval está más centrado en la sátira y en las actividades más centradas en las propias familias, porque dentro de su programación hay actividades para adultos, para niños y otras de forma combinada.

La denominada merengada es un acto que se celebra por duplicado: la de la tarde denominada merengada infantil y la nocturna para personas más adultas.

Bien es cierto que este año 2024 ha quedado un poco descafeína por, precisamente, la sequía que azota la zona y su falta de agua, lo que ha provocado que se haya proclamado la situación de emergencia, lo que provoca determinadas limitaciones y restricciones de la propia limpieza de la vía pública, porque, hay que decirlo, este día, se caracteriza por lanzar y tirarse los unos a los otros merengue, ese dulce realizado con huevo y azucar que tiene tantos fanáticos (entre los que me incluyo) como detractores.

Como el lector podrá imaginarse, ese día es para llenarse completamente de merengue y quedar, como solemos decir por aquí, completamente «empastifat». Aún recuerdo de esa merengada nocturna en la que participaron una cadena de televisión japonesa que estaba filmando un reportaje sobre festividades locales y, en especial, sobre el Carnaval. Lo cierto es que, por mucha protección que le pusieran a la cámara, quedó bastante dañada, aunque no sé si al final la pudieron limpiar del todo.

En definitiva, una jornada increíble para quienes nos encanta el Carnaval y una parada obligatoria para disfrutar en familia.